sábado, 27 de marzo de 2010

Lo que el Paraguay se quedó

Asunción. La bella ciudad capital del Paraguay. Con sus temperaturas apenas soportables y el tibio aroma a frutos que inunda sus calles. Capital del país agobiado por gobiernos dictatoriales, y de los otros, que supieron azotar las instituciones y las ilusiones de la ciudadanía.
Un recorrido en taxi es suficiente para percibir lo castigado de muchos de sus habitantes, lo sufrido de sus almas. Un simple vistazo, constituye suficiente prueba para advertir, con triste precisión, el pesar de la clase media, que agoniza en silencio como en muchas capitales latinoamericanas.
Raudo por la ciudad, día y noche. Desde lo alto se aprecia lo exuberante de ella y su abrazo fraterno con el río homónimo a la nación; y desde lo bajo, se percibe el olor a mango condensado en mil calores que confunden los sentidos. La marcha continúa, en cada rincón, donde el cemento lo permite, crece orgullosa y rebelde su vegetación, que no sabe de límites ni de reglamentaciones urbanas.
Asunción, capital de la otrora potencia militar suramericana. Ubicación estratégica y comercial que le valió insufribles batallas por ciertos intereses, alentados desde latitudes lejanas. Particularmente una, que dejó el dolor de la guerra grabado en el corazón guaraní. En su espíritu late aun este sufrimiento que redujo su población casi hasta la extinción, debiendo suplir cantidad con gotas de machismo.
Guerras, siempre vencedores los que las manipulan pero no las viven en su carne, siempre las mismas miserias para quienes las pelean.
¿Y ahora? En época de paz militar, pero de luchas de bienestar social, un llamado ejército resurge y se arroga el nombre del pueblo en su denominación. ¿Que buscas ejército escurridizo?
Asunción, la independiente. Con su gente amable y amistosa. En su histórico centro, y cercano a su majestuoso Panteón Nacional de los Héroes se observa altanera la sede del partido que lo gobernó por décadas. Haciendo de la distribución de riquezas una utopía de cantones lejanos.
Capital orgullosa e interior librado a su suerte. Testigos mudos de las oleadas extranjeras que ocupan y hacen buenos negocios. Naciones, corporaciones o simples humanos que acuden al llamado de la oportunidad que brinda esta tierra generosa; y toman lo que necesitan sin demasiados complejos.
Flora, fauna y agua que nutre de energía. Cuánto que ofreces Paraguay. Hoy estás en manos de un nuevo liderazgo. ¿Podrás finalmente crecer y despegarte? ¿Podrás advertir que tu otorgas pero que deben darte algo a cambio?

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