lunes, 13 de diciembre de 2010

Lo que Wikileaks nos revela.

Probablemente Wiki Leaks –la página digital que publicó informes diplomáticos de Estados Unidos- sea, en este momento, un vehículo que canaliza crudamente el descontento de muchos hacia el orden imperante en el planeta.
Los últimos acontecimientos han estado marcados por manifestaciones a favor de Julian Assange, cara visible del sitio web. Ataques cibernéticos a corporaciones que abandonan a su suerte a la página, e innumerables apoyos de diversas organizaciones. Todos hechos que nos invitan a preguntarnos si las reacciones son en repudio a lo que ha sido revelado, en reclamo de la libertad de Assange, o incluso del mismo joven militar norteamericano que habría enviado los archivos. O si, finalmente, es en defensa de la libertad de divulgación de la información.
La información nos muestra, descarnadamente, el modo de hacer política exterior que el país de América del norte tuvo desde siempre. Aunque también cabe preguntarse. ¿Qué nos ha revelado el fulminante sitio de Internet? ¿Nos cuenta si realmente EEUU busca y persigue a Bin Laden? ¿Guarda los nombres de aquellos que conspiraron con su acción u omisión en la dolorosa muerte de JF Kennedy? ¿Relata de intervenciones de la CIA en las guerras de Asia, golpes de estado en América Latina y manipulaciones diversas en todo el mundo? ¿Nos cuenta que Israel difícilmente acuerde la existencia de un Estado Palestino unificado?
Nada de todo esto se ha leído en los cables, al menos por ahora no. En cambio, asistimos tristemente a las “notas de cuaderno” de miles de diplomáticos norteamericanos, esparcidos por el mundo. En ellos advertimos el grado de promiscuidad de algunos funcionarios locales de cada nación, el nivel de obsesión que posee el Departamento de Estado estadounidense por la información, y el uso de la misma; como herramienta global para pugnar por la imposición de sus intereses por sobre los del resto.
Wiki Leaks, ha puesto a disposición del planeta miles y miles de cables con información de distintas épocas que tenían como destino principal el órgano de gobierno encabezado hoy por Hillary Clinton. Y, si bien los documentos son incómodos, tienen mucho sabor a chisme, a sensaciones de todas las latitudes de variados actores y funcionarios, en algunos casos de cierta jerarquía, en otras de mediano rango. Como sea, lo innegable es que los mismos no contenían incógnitas inexpugnables. Esto resulta importante para comprender que no eran documentos de los servicios de espionaje norteamericanos. Eran cables diplomáticos.
La diplomacia, debe representar el modo civilizado de mantener relaciones exteriores entre las naciones. Aunque tristemente se haya prestado, desde la primera guerra mundial, como herramienta para que las potencias triunfadoras se repartan los límites y recursos de las nuevas naciones nacientes, en dolosos acuerdos sigilosos.
Es tentador entonces, sostener que la principal perjudicada en esta exposición mundial sea la diplomacia, o al menos sostengamos la esperanza de que lo sea esta forma de llevarla adelante. Como deslizó Lula, tonterías que todo el mundo hace. Afirmación desprovista de la hipocresía generalizada que se escucha diariamente.
No obstante, esto no debe desviar nuestra atención. Y si bien Wiki Leaks podría estar midiendo los efectos de los sucesos para lanzar un golpe mediático y definitivo, con lo publicado hasta el momento le ha resultado suficiente para poner al desnudo información que tal vez permita abrir muchos ojos, sacudirnos un poco la hipocresía. Aunque no debemos olvidar, que por ahora, el espionaje sigue sonriendo desde las sombras.
JPMG

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1 comentarios:

A las 17 de diciembre de 2010, 7:01 , Blogger Agustin Eder ha dicho...

Muy bueno che...

 

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