jueves, 8 de abril de 2010

La Palestina de China

El choque de civilizaciones, utilizado en muchas ocasiones para justificar disputas, encuentra paradojas si recorremos la mesa global. La referencia instantánea a la cual se suele acudir al escuchar tal sentencia nos muestra a Occidente enfrentado con Oriente. Al mundo occidental versus el mundo del Islam, Asia. Sin embargo, una de las grandes pujas es por permanecer, y con esto establezco diferencias en las clases de conflictos, no siempre se trata de una lucha por el poder a secas. En algunas ocasiones simplemente es una desesperada carrera por existir como comunidad.
A lo largo de la corta historia de la humanidad hemos asistido a comunidades poderosas que simplemente avasallaron a comunidades más débiles, o sencillamente con menor ambición de expansión. En paralelo a esta condición humana de sometimiento de las comunidades menos codiciosas, fueron creciendo las grandes religiones monoteístas que se propagaron por todos los puntos habitables del planeta. Hubo momentos de mayor dominación para unos y para otros. Lo cierto es que ambos, en diferentes periodos, sometieron bajo el filo de las armas a sus enemigos de la fe. Hoy, dicha puja por el poder se encuentra en medio oriente con Palestina como capital del trofeo mayor. Allí se cuecen las habas del destino expansivo de las grandes religiones, mientras una población entera ya no sabe vivir sino lo es en medio de una guerra cruel. Todo porque los manuales que usan los poderosos dicen que esta zona de tierra caliente es de vital importancia para la estrategia de la geopolítica.
No obstante, hay un escenario llamado Xinjiang que amenaza con gritar presente en la mirada global. Se trata de la provincia más extensa de China, 1.600.000 kilómetros cuadrados de superficie la conforman, región poco poblada y con una geografía que incluye el desierto del Taklimakán y la cadena montañosa de Tianshan. Allí tiene lugar un estallido entre quienes pugnan, literalmente, por devorar una comunidad, nos referimos a la etnia denominada han abrumadoramente mayoritaria en China, y los que pugnan por no desaparecer, al menos de la región, esto es la etnia uigur de religión musulmana, lengua de origen túrquico y alfabeto árabe. Aquí, hasta no hace mucho los musulmanes eran claramente una mayoría. Teniendo incluso, a lo largo de la historia, oportunidad de algunos chispazos de identidad por la independencia como república.
China, que ya se encuentra ocupada, con su problema eterno llamado Tibet, adoptó, en este caso, una estrategia silenciosa y efectiva. Para ello es importante considerar que China es un país laico que sugiere desde el estado el ateismo, con tres principales “senderos” (taoísmo, budismo y confucionismo) donde de todas maneras el estado controla las jerarquías. Pero como decíamos, en este caso, el estado chino optó por florecer la economía de la región, la convirtió en una zona próspera y atractiva para los propios chinos, para la etnia han, que acudió al llamado de la oportunidad y poco a poco ha crecido en número hasta estar porcentualmente en condiciones de debatir a los musulmanes la identidad de la provincia de Xinjiang.
Así, los uigures se enfrentan a una competencia difícil, ya que la burocracia china favorece a su misionero clan, según denuncian los propios uigures. Aunque en las últimas protestas fueron los mismos chinos que exigen al propio gobierno mayor seguridad ante las reacciones desesperadas de la etnia uigur que se siente desaparecer ante la oleada imparable han. Asia vs. Asia. El Islam vs. la milenaria cultura china.
En 1993 Samuel Huntington se suma al concepto de Arnold J. Toynbee y publica un artículo sobre el denominado choque de civilizaciones. A pesar de hablar en general de la civilizaciones y sobre cuáles serían los motivos de los enfrentamientos teniendo en cuenta sus particularidades culturales más que sus ideologías, establece y divide civilizaciones en conflicto, de allí se tomamos a Occidente vs. El Islam como la más popularizada, si se puede expresar de alguna manera, especialmente luego del atentado de las torres gemelas. Lo cierto es que hoy nos encontramos con una civilización (dentro de este concepto) que se devora territorialmente a otra. La civilización que encabeza china, por decirlo de algún modo, enfrentada a una parte del mundo musulmán, representado en la etnia uigur, que es una de las 55 minorías de China, que en total corresponden sólo el 9% de la población, el restante 91% de los 1.350 millones de chinos corresponde a la etnia han.
La estrategia del gobierno chino indica perseguir el espíritu independentista, para esto afirma que existen evidencias de contactos con terroristas internacionales. China ha acusado a este movimiento de relaciones con la red de Al-Qaeda. Aunque, del otro lado, la organización de uigures en el exilio, reunidos mediante el Congreso Uigur Mundial, pone en duda las versiones oficiales del gobierno chino, desmiente su asociación con terroristas y expresa que son simples excusas del gobierno chino para reprimirlos.
Esta zona, con un conflicto que ya lleva más de 2000 años ha pasado por varias etapas. Desde la proclamación de una república islámica a pertenecer a la unión soviética. La región, conocida por muchos también como Turquestán chino, Turquestán Oriental o Uiguristán, pertenece ininterrumpidamente a China desde que en 1949 el Ejército de Liberación Popular entró en Xinjiang. Para graficar las diferencias, desde aquél año a la actualidad la población china pasó de un 6% hasta el actual 40%, quedando los uigures en un 45% del total del área.
En los últimos dos años los conflictos y enfrentamientos se han acrecentado entre los han y los uigures, entre la civilización china y la musulmana. Con acciones que incluyen una alta violencia con muertes en las calles de la capitalina Urumqi. La paridad porcentual en relación a la cantidad poblacional llega a un momento crítico. ¿Será un nuevo frente de discusión para los manuales de los poderosos? ¿Habrá un nuevo escenario de puja por la supremacía mundial? ¿O será una Palestina nunca tenida en cuenta y olvidada por la atención de la humanidad?

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