miércoles, 26 de mayo de 2010

Los chicos nuevos del barrio: Brasil y Turquía

Lula y Turquía. Erdogan y Brasil. Un equipo con objetivos diferentes, pero que los alinea levantando una voz nueva y con una potencia innegable.
Lula es considerado uno de los máximos líderes mundiales de la época. Dirige un país vasto, densamente poblado y con una economía en crecimiento sólido y sostenido, que puja por ocupar un protagonismo relevante en el tablero planetario. Turquía, la potencia de siempre. El estado clave de Asia que desde su posición geoestratégica hace de mediadora entre uno y otro extremo global.
Lula, el tornero humilde y sindical que con sacrificio cumple el sueño de la humanidad, el ejemplo de que se puede. Erdogan, primer ministro turco, el islamista moderado que muestra lo opuesto al fanatismo y quiebra el mito del ejército derrocador que supuestamente actuaba en nombre de la laicidad del estado.
Juntos se divisaron en caminos similares pero con horizontes diferentes. La Turquía deseosa de ingresar a la Unión Europea necesitaba demostrar su lealtad a sus raíces islámicas, y a su vez demostrar a Occidente su influencia y su confiabilidad. El Brasil de hoy necesita consolidar su fuerza internacional, demostrar su peso económico y sostener desde lo institucional (como ingresar en forma permanente al Consejo de Seguridad de la ONU) su voz y voto. Por otro lado, Lula busca, tal vez, mostrar su faceta dialoguista incansable en pos de un eventual secretariado general en la ONU.
En este contexto aparece la figura de Irán, y su búsqueda permanente del desarrollo nuclear. Que más allá de la validez sobre sus objetivos civiles, cuenta con antecedentes de discursos destructivos. Un Irán agobiado por las potencias de peso en el plano internacional, y cuestionado desde su propio interior por posibles fraudes en las elecciones. En definitiva, Irán necesitaba reflotar el protagonismo, y oxígeno para su plan en materia nuclear.
De este modo, los presidentes Lula, Erdogan y Ahmadineyad pactaron un acuerdo para que Irán lleve a la cocina de Turquía el tratamiento del uranio. Esto le permitiría al país persa, no retrasarse en sus proyectos, a Turquía mostrarse como mediador confiable y a Brasil ratificar la nueva influencia global del gigante suramericano. En el camino están las potencias de siempre, con una Hillary Clinton sumamente obediente del establishment.

¡Viva la patria! ¡Viva la Argentina y el Bicentenario!

viernes, 14 de mayo de 2010

Unasur y Kirchner

Pregunta. ¿El ex presidente argentino Néstor Kirchner sumó méritos suficientes para ser nombrado como primer secretario de la UNASUR (Unión de Naciones de Sur América)?
Recientemente nuestro odiado y amado, pero nunca ignorado, ex presidente y actual diputado fue nombrado con tal honor, máxime teniendo en cuenta que quien detente tal cargo tiene una gran tarea por delante, esto es, dar institucionalidad permanente a la UNASUR, de algún modo crear una estructura que le permita funcionar como organismo multinacional homogéneo (vaya tarea).
La UNASUR, es un intento de integración regional concreto. Si bien ha recibido algunas críticas por dejar de lado a países como México, íntimamente ligados al continente, a la América Latina. Se trata de una propuesta interesante en pos de construir un verdadero diálogo suramericano. Si queremos mencionar un evento bajo este marco, podemos recordar el altercado que se produjo por las bases militares que el gobierno colombiano autorizó utilizar a los Estados Unidos. Aquí, en Argentina, los países miembros se reunieron y discutieron acaloradamente las posturas a favor y en contra del uso de dichas bases.
La UNASUR ha emprendido diversos proyectos ambiciosos y aun no del todo concluidos, como lo es un Banco del Sur, un Parlamento del Sur y hasta un Consejo de Defensa que actúe como un cuerpo en materia de cooperación.
Lo cierto, es que la región que ocupa este nuevo espacio concentra 12 países con más de 370 millones de habitantes y 17 millones de km2. Y que desde ahora, cuenta con un Secretario General que mientras delinea su estrategia en la política local, debe emprender una tarea colosal que puede determinar el verdadero perfil de la incipiente UNASUR, especialmente si tenemos en cuenta que en su tratado constitutivo del año 2008 -firmado en Brasilia- señala como uno de sus objetivos, construir de manera participativa y consensuada un espacio de integración y unión, otorgando prioridad, entre otras, al diálogo político...